Estos son los 3 pequeños hábitos que pueden cambiar la energía de tu hogar por completo, según una experta en Feng Shui

Estos son los 3 pequeños hábitos que pueden cambiar la energía de tu hogar por completo, según una experta en Feng Shui

La energía de una vivienda no solo depende de su decoración o de la orientación de sus espacios. También está influida por las rutinas diarias que realizamos en ella. Así lo recuerda Maite Pérez, especialista en Feng Shui y creadora de la cuenta activafengshui, quien en un vídeo reciente explicó cómo introducir cambios muy sencillos puede tener un gran impacto en la sensación de calma y bienestar dentro del hogar.

Según la experta, el llamado “desorden invisible” es uno de los principales ladrones de energía. No se trata únicamente de objetos fuera de lugar, sino de la acumulación silenciosa de cosas que terminan generando ruido mental. Frente a esto, Pérez propone tres micro-hábitos fáciles de integrar en la vida cotidiana y que ayudan a recuperar la armonía.

El primero es aplicar la regla de “lo tocas, lo guardas”. Cada vez que se utiliza un objeto, conviene devolverlo inmediatamente a su sitio. Este gesto, aunque pequeño, evita que las cosas se acumulen y se genere caos visual. El segundo hábito consiste en dedicar solo dos minutos diarios a recoger. Puede parecer poco tiempo, pero esa breve rutina crea un ambiente más ligero y organizado sin suponer un esfuerzo excesivo.

El tercero apuesta por la simplicidad: deshacerse de una cosa a la semana. No se trata de grandes limpiezas, sino de soltar poco a poco lo que ya no aporta utilidad ni alegría. Con el tiempo, este ejercicio contribuye a aligerar espacios y liberar la mente. “Cuando aplicas estas pautas, tu casa respira, tu mente descansa y tú vuelves a sentir ligereza”, afirma Pérez. Desde la perspectiva del Feng Shui, la armonía empieza en los detalles cotidianos, no en reformas costosas ni en cambios radicales.

De este modo, y con estas prácticas mínimas, cualquier persona puede comenzar a transformar la energía de su hogar. Y, aunque parezcan pasos muy simples, lo cierto es que tienen un efecto acumulativo que repercute directamente en el bienestar emocional de quienes habitan la casa.

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